martes, 30 de octubre de 2007

FIN DE CICLO Nº1

Japón, EU y la economía del mundo
Immanuel Wallerstein
La Jornada
México, 27/10/07
Lo interesante de la tabla era cómo quedaba Estados Unidos en relación con Japón. Estados Unidos, con 4.8 megabits por segundo, era 14 veces más lento que Japón y con el precio de 3.33 dólares era 12 veces más caro. Es picante notar que Francia, tan desdeñada por Estados Unidos debido a su retraso económico, aun sin estar al nivel de Japón era más de tres veces más rápida que Estados Unidos (17.6 megabits por segundo) y la mitad de lo cara (1.64 dólares).
La explicación de esta enorme discrepancia es la relación con el mercado capitalista de las empresas en Japón y en Estados Unidos. Para que Japón sea lo que el New York Times llama “un paraíso de la banda ancha”, las empresas japonesas han tenido que realizar fuertes inversiones y otorgar grandes descuentos a sus clientes. Hacen esto basados en la teoría de que hacer a un lado las ganancias de corto plazo e invertir miles de millones en proyectos de largo plazo, rendirá frutos a la larga. Ésta fue la filosofía que permitió que Japón creara uno de los ferrocarriles más rápidos del mundo, el Shinkansen. Su único competidor en este campo es el TGV de Francia. Estados Unidos, como todos saben, tiene un miserable sistema de trenes conocido como Amtrak, que casi nadie usa y siempre pierde dinero.
Las dos diferencias cruciales entre Japón y Estados Unidos es que los ejecutivos de las corporaciones estadunidenses están sometidos a fuertísimas presiones para justificar cualquier gasto de capital que pudiera comerse las entradas de este año, y que el gobierno estadunidense no tiene la voluntad de otorgar incentivos financieros a las compañías en aras de impulsar la inversión de largo plazo.
Las razones de ambas diferencias son obvias. Hoy, las corporaciones en Estados Unidos están dominadas por un ethos especulativo, en donde es constante el recambio del personal del más alto nivel y el acaparamiento de acciones está siempre en el horizonte. El balance final de este año es lo único que le importa a los directores ejecutivos, quienes pueden no estar en posición de obtener ganancias en el balance del año que viene (ya no digamos en el balance final de los siguientes 10 años). Y el gobierno estadunidense gasta todo su dinero en inversiones militares y en deducciones de impuestos para los muy acaudalados. No queda nada para la inversión capitalista de largo plazo. Los japoneses, en cambio, invierten en “transformaciones para un siglo”, según palabras de Kazuhiko Ogawa, gerente general de la sección de estrategia de redes en Nippon Telegraph & Telephone.
Tal vez la burbuja en la bolsa estadunidense pueda continuar por un poquito más de tiempo. Pero en 10 años, Estados Unidos puede estar vergonzosamente muy por detrás de los japoneses (y los sudcoreanos y aun los franceses) en informática, la cual todos siempre dicen que es uno de los sectores clave de la economía capitalista de hoy.
Éste es el modo en que la decadencia hegemónica se configura en sí misma. El país líder se concentra en situaciones de corto plazo, y con exceso invierte en gastos militares infructuosos. La especulación remplaza la innovación como fuente de ganancias. Y antes de que se dé uno cuenta, los otros (en este caso los japoneses, pero no están solos) aceleran y controlan la tecnología del futuro. Esto es lo que Estados Unidos hizo cuando, ay, hace tanto tiempo, era una potencia económica en ascenso.
La única forma de revertir esto, aunque sea parcialmente, es un viraje cultural importante en Estados Unidos. George W. Bush no está, para nada, preparado ni para pensarlo. ¿Están Hillary Clinton o Barack Obama listos para ejercer su liderazgo en esta dirección? Nada es menos seguro.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein

martes, 25 de septiembre de 2007

SANTA CRUZ LIBRE DE CIANURO - ASAMBLEA AUTOCONVOCADOS DE PERITO MORENO - AGOSTO 2007


La soberanía y autodeterminación de las naciones, deben ser hoy más que nunca, realidades manifiestas en hechos que trasciendan los discursos de los gobernantes del mundo, hechos que fortalezcan la identidad y sentido de pertenencia de los pueblos.

Así comienza el texto de la declaración de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Perito Moreno. Desde el mes de septiembre y hasta el 20 de octubre estamos juntando firmas para apoyar la presentación de un Proyecto de Ley para que Santa Cruz sea la séptima provincia libre de cianuro.

En el enlace podrán acceder al blog amigo de la Asamblea Ambiental de la Provincia de Santa Cruz, desde donde se puede leer el proyecto de ley e imprimir el peritorio.

jueves, 13 de septiembre de 2007

VISIONES DE LA PATAGONIA N°1

En las últimas décadas diversos sectores políticos y organizaciones sociales intentan resistir, a lo largo y ancho del mundo, al modelo económico y social neoliberal dominante desde mediados de la década de los setenta, modelo que afectó y sigue afectando hoy con distintos grados de degradación social al conjunto de la humanidad.

El actual sistema es causante de amenazas serias a la humanidad: modificaciones ambientales, llámese contaminación, cambio climático, agotamiento de recursos naturales no renovables y condiciones cada vez más frágiles en la calidad y cantidad de los renovables, hacen dudar de la sustentabilidad de la vida en el planeta. Mientras se mantenga el consumismo extremo de las sociedades del norte y la estadounidense en particular, la amenaza de guerras por los recursos naturales como los que ya se dan hace décadas en particular en Medio Oriente y África, se acerca cada vez más a nuestra región.

El neoliberalismo, modelo global y último modelo difundido hasta ahora como herramienta para impulsar y dirigir este proceso se muestra lejos de ser el modelo ideal, incluso en los países del norte. Así son el liberalismo y el capitalismo reales. Si hace dos siglos supieron ser revolucionarios, ya hace rato dejaron de serlo.


Pese a que los adelantos científicos y técnicos permitirían a la humanidad recuperar y mantener el equilibrio perdido con la naturaleza y superar los obstáculos a la realización plena de las necesidades del conjunto, el capitalismo, salvaje o no, decide y asigna funciones por medio de sus agentes locales, modela la sociedad, condiciona la realización de actividades y alterna entre la adecuación del espacio geográfico a las necesidades de reproducción de la población y la negación de la vida por medio de la explotación extrema, dependiendo esta ecuación del grado de conflictividad social.


Si bien en los países del sur y América Latina en particular el fortalecimiento del Estado de los años recientes genera algunas mejoras, analizando las iniciativas que se intentaron impulsar en los países del MERCOSUR y en la Argentina en particular, ninguna de estas políticas alcanzó ni estaría alcanzando a producir modificaciones significativas ni propuestas para hacer frente a esta situación y conducir el proceso desde la región. Esta ausencia de respuesta efectiva puede deberse tanto a la falta de voluntad real, a la incapacidad o la complicidad de los dirigentes y fundamentalmente a la debilidad de los movimientos que desde la sociedad deberían ser el sustento de estas políticas.


Esta debilidad es producto de la dictadura militar, que descabezó a las dirigencias combativas sindicales y territoriales y del retroceso en los 90, cuando no se logró impedir la imposición del Modelo Neoliberal acompañado por el asistencialismo, combinación que terminaría atentando a su vez contra la cultura del trabajo que caracterizaba al conjunto de la sociedad.


La Patagonia Austral no estuvo a salvo de este largo proceso de degradación social, económica y política. En la región, la mayor parte de las actividades se asienta en la explotación de sus recursos naturales, sin niveles importantes de agregado de valor local y en su exportación hacia fuera de la región y el país. Si bien los niveles de empleo y desarrollo humano son relativamente mejores que los valores nacionales y los recursos financieros que deja la realización de estas actividades en regalías, los gobernantes de ayer y de hoy, independiente de su color político, nunca promovieron la industrialización ni el desarrollo de mercados internos. Los proyectos de estos gobiernos apuntaron siempre a la provisión de servicios y obras públicas al servicio del perfil rentístico, con políticas de fuerte control social a fin de garantizar este modelo primario exportador y atrasado.


En el mundo actual lo único sustentable es la ganancia de los que siempre ganaron y aun así esta sustentabilidad se encuentra seriamente amenazada, junto con la vida de todos. Si antes esta situación era de incumbencia local o regional y los conflictos eran focalizados, en un futuro próximo, en las próximas décadas, todo parece inclinarse hacia una situación de extrema conflictividad. “El futuro ya llegó” y no podemos ser pasivos frente a semejante amenaza.